Continuamos con la última charla del ciclo sobre “frustración y celiaquía ” con el Psic. Alejandro De Barbieri, especializado en psicoterapia existencial y logoterapia.
En esta oportunidad conversamos sobre el adulto y el diagnóstico. ¿Qué pasa con la frustración y la negación?.
Alejandro afirma que muchas personas diagnosticadas de cualquier enfermedad crónica en la edad adulta, reaccionan con negación, como un mecanismo de defensa, mientras otras logran aceptarlo e integrarlo.
En el caso de la celiaquía, en ocasiones intentan no hacer la dieta o la transgreden fuera de la casa.
La contención familiar es muy importante en cualquier etapa de la vida.
Los familiares del diagnosticado celíaco pueden colaborar con él al momento de asimilar el diagnóstico: lo pueden ayudar a reconocer esa nueva realidad, a que no la niegue y maneje la idea de que es algo que puede estar de moda; transmitirle que, haciendo el tratamiento, se va a sentir mejor.
El que te quiere te hace crecer.
Alejandro de Barbieri afirma que, generalmente, nadie quiere cambiar nada de la forma en la que vive: van al psicólogo, al médico, pero no toleran o les cuesta mucho cambiar los hábitos.
Recordó la cita del Dr. Valentín Fuster:
“El fracaso en la prevención de la diabetes, la obesidad, la hipertensión arterial y la arterioesclerosis, se debe a que en el fondo es una falla de la conducta humana en una sociedad de consumo, hiperacelerada, competitiva y estresante que está completamente fuera de control”.
Reconoce que, al momento de recibir un diagnóstico, a veces es difícil aceptarlo y hacer el cambio necesario debido a la forma en que ha vivido la persona. Suele ser más fácil hacer el “click” cuando se está sintiendo mal físicamente, fatigado, deprimido, etc.
Para los niños de hoy, puede ser más accesible aceptar el diagnóstico porque la sociedad está cambiando, incorporando conceptos de alimentación saludable, y ellos ya nacen dentro de este marco. Además está presente la ayuda de la madre, el padre y otros adultos.
El adulto se encuentra con los mecanismos de negación, esto pasa en cualquier enfermedad; sobreviene la duda sobre si el diagnóstico es real o no, si es verdad lo que le dice el médico.
Justamente, son los médicos quienes tienen que lograr hacer la alianza entre el diagnóstico y lo que el paciente debe realizar.
Sabemos que cada vez hay mayor cantidad de diagnósticos de celiaquía, pero el cómo nos alimentamos es algo genérico.
El comer apurados o comer cualquier cosa, sin ser conscientes de con qué nos alimentamos, es parte del momento en que vivimos. Es así que debe cambiar la sociedad de consumo, salir del acelere, del hiperacelere para poder cambiar la forma de alimentarse. Es una cuestión cultural. Estamos en un momento de transición.
Actualmente, muchas personas intentan comer más sano, comer cosas más naturales, evitando ciertos alimentos altos en grasas y azúcares. Este modo de vida les permite saber lo que comen y vivir más calmos.
Sin embargo, respecto a la alimentación saludable, otras personas aún tienen la idea de que son cosas de moda y prefieren seguir alimentándose como lo han hecho siempre; todavía no se ha evolucionado lo suficiente en eso, cambiar no es fácil … mejor negarlo.
La negación es un mecanismo de defensa, los psicólogos trabajamos para quebrar la negación.
En muchas ocasiones, lo que hacemos es hablar con el paciente para que se dé cuenta y tome conciencia de cuál es su situación real.
Proponemos que haga, por ejemplo, la dieta por un mes y ver cómo se siente; incluso, a veces, hay que decirle “no digo que seas celíaco, pero probá la dieta por lo menos por un mes”, le mostramos lugares donde puede buscar información, recetas, e ir monitoreando cómo se va sintiendo y qué va cambiando.
En general la gente está estresada y luego, ya ni sabe qué fue lo que le hizo bien, si la dieta, el Pharmatón o que ganó Peñarol….
Y deja la dieta, y luego vuelve… la gente está acostumbrada a seguir sintiéndose mal por algo.
Los familiares, en definitiva, pueden ayudar dándole tranquilidad, acompañando, ayudando a comer sano, apoyarlo, pero el “clik” lo hace cada persona en un momento determinado.
Por otro lado, hay gente que minimiza el hecho de tener que hacer una dieta sin gluten y, a veces, hace comentarios hirientes. Pasa en un casamiento, cuando alguien dice: “… comió un poquito y ya le cayó mal”.
Sin duda eso es cierto, pero no por eso se ha de ser víctima. Muchas personas se victimizan.
Hay que salir de la postura de víctima.
Alejandro insiste en que hay que combatir la postura de víctima …
uno tiene que tener la humildad de decir “vamos en contra del mundo”, perfecto, entonces tranquilo. Tenemos que prever y llevar lo nuestro. Saber que si llego a un lugar y veo que no hay nada que pueda comer, entonces puedo pelear con los que están porque no hay algo especial (ahí ya está la neurosis) o me calmo y, tranquilamente, doy una vuelta y compro algo que pueda comer.
Si una persona celíaca, va a una reunión y el anfitrión no se acordó o no encontró algo apto, no es mala voluntad, hay que aceptar tal situación. Tal vez no consiguió o no se acordó.
A veces, la gente no reconoce lo que al otro le puede estar pasando o bien parte de que el otro tiene que saber lo que me pasa.
Siempre hay que ponerse en el lugar del otro, del celíaco y del que recibe a un celíaco.
Ni la familia, ni el celíaco debe enojarse, hay que tener coraje y humildad, si no lo que piensa todo el mundo es que estoy más loco que una cabra, no se dan cuenta que soy celíaco, no saben lo que vivo…entonces queda más en evidencia el ralle que lo celíaco. La persona tiene dos problemas: uno, que está rallado y dos, que es celíaco.
Por eso siempre se aconseja, que la persona celíaca o con otra dieta alimenticia específica lleve siempre un backup de lo que puede comer.
Es importante no identificarse con la patología, la identidad de ser celíaco como un ser enfermo. Es una condición como tantas otras, vamos a tratar de comunicarlo para que todo el mundo lo maneje bien.
¿Cómo se puede manejar las frustraciones típicas de la vida de un adulto sumado a las frustraciones alimenticias?
Se suma algo más en su vida, pero depende cómo lo viva la familia. Las frustraciones diarias son muchas.
Es una frustración más de lo cotidiano.
Obviamente no es fácil saber lo que siente alguien con una dieta alimenticia tan estricta, donde debe evitar ciertos cereales que son la base de la alimentación uruguaya.
Si una persona no celíaca no hace la dieta libre de gluten por lo menos por 21 días, no puede generar empatía con un celíaco, porque no sabe lo que es vivir así, si nunca lo vivió.
Esto genera sufrimiento, ansiedad y estrés.
….“el sufrimiento nos hace crecer como personas, si se conoce la felicidad, es porque también se ha pasado por situaciones de sufrimiento. En la vida la consecuencia del sufrimiento es la felicidad, en distintos aspectos como el trabajo o el relacionamiento de la pareja”.