Es que los comestibles sin gluten que pueden consumir los celíacos son más costosos que los comunes, dada la diferencia en la oferta y demanda. En su respuesta, el MEF señaló que
“planteos en el mismo sentido han sido informados por la asesoría en diversas oportunidades. En todas ellas se concluyó que no se estimaba conveniente acceder a lo impetrado”.
Por otro lado, explicó que “son múltiples los grupos de personas que padecen enfermedades vinculadas a la intolerancia a determinados alimentos. Razones de equidad obligarían a concederles similares beneficios a todos ellos, lo que implicaría dificultades de control y severos daños a la recaudación”.
En la minuta elevada al MEF, García señaló:
“Los mecanismos pueden ser diferentes: exoneraciones, créditos fiscales para afrontar otras cuentas con el Estado, y hasta subsidios directos, pero lo importante es que tenga un impacto significa-tivo a la baja en el producto final”.
Se calcula en el entorno de las 30.000 personas, la población de uruguayos que son celíacos. Sin embargo muchas de ellas no conocen que portan la dolencia, suelen consultar y ser tratadas por un sinnúmero de síntomas, a falta de un diagnóstico de la enfermedad. Una vez diagnosticada debe someterse de por vida a una dieta libre de gluten, fracción proteica que se encuentra en el trigo, la avena, la cebada y el centeno. Según García “uno de los impedimentos para acceder es el precio de los productos”, según consta en el documento.
Fuente: Nota y Foto — El Pais — 12 julio 2018 — Uruguay.-