Una enfermedad autoinmune se produce cuando el organismo confunde partes del organismo con agentes nocivos, y produce anticuerpos que las atacan erróneamente. La celiaquía es una de estas enfermedades, pero es frecuente que las enfermedades autoinmunes no vengan solas.
¿Qué es una enfermedad autoinmune?
Una enfermedad autoinmune es cualquier enfermedad en la que el sistema inmunitario ataca al propio organismo por error, destruyendo los tejidos sanos al confundirlos con patógenos como virus o bacterias externas.
Se produce una respuesta inmunitaria exagerada, con la consiguiente inflamación o destrucción del órgano o tejido afectado.
¿Cuáles son los síntomas de una enfermedad autoinmune?
Cada enfermedad autoinmune posee su propio cuadro clínico. No obstante, es muy frecuente que la sintomatología se solape, dificultando así el diagnóstico.
Por ejemplo, varios de estos trastornos comparten signos y síntomas como cansancio, dolor articular, mareos, caída de pelo…
¿Qué médico trata las enfermedades autoinmunes?
Este tipo de enfermedades han de ser tratadas de manera multidisciplinar. Esto quiere decir que no hay un solo profesional que las trate, sino que, al estar implicados varios sistemas, diferentes especialistas deben tratarlas.
Dependiendo de los sistemas afectados, habrá que contar con la presencia de reumatólogos, dermatólogos, endocrinos, digestivos…
¿Cuál es el origen de las enfermedades autoinmunes?
A día de hoy no se conoce el origen de las enfermedades autoinmunes. Se considera que se producen por una mezcla de factores ambientales y genéticos.
Predisposición genética: Sí se sabe con certeza que todas las enfermedades autoinmunes tienen un fuerte componente genético: lo que se hereda es la predisposición genética a padecerlas.
Por ejemplo, al igual que los genes asociados a la celiaquía son los HLA-DQ2 y HLA-DQ8, en el caso de la artritis es el HLA-DRB1
Factores ambientales: se acepta la teoría de que el cuerpo se expone a un antígeno y lo ataca, pero posteriormente confunde células del cuerpo parecidas a ese antígeno, las identifica como tal, y de esta manera las atacará siempre.
Por último, también se han descrito factores psicosomáticos que pueden precipitar este tipo de enfermedades, como un acontecimiento estresante, o rasgos de personalidad.
¿Cómo se establece el diagnóstico?
Además de la sintomatología, hay varias pruebas que pueden confirmar o descartar la presencia de este tipo de enfermedades. Además de algunas pruebas específicas para ver niveles de inflamación en los tejidos (Ecografía, TAC…), el método de diagnóstico más utilizado es el análisis de anticuerpos.
¿Cuál es el tratamiento?
Cada enfermedad lleva asociado un tratamiento diferente, dependiendo del sistema o sistemas que se vean afectados.
Por ejemplo, para disminuir la inflamación en la celiaquía “basta” con no ingerir gluten, pero otras enfermedades como la hepatitis autoinmune requieren fármacos inmunosupresores como la cortisona.
También hay otras que necesitan medicaciones destinadas a regular la función del órgano afectado, como la insulina en el caso de la diabetes, o la levotiroxina en el caso de la tiroiditis autoinmune.
¿Qué tipo de enfermedades autoinmunes hay?
Las enfermedades autoinmunes se dividen en dos tipos según sea la parte del cuerpo afectada. Así, podemos encontrar:
- Enfermedades autoinmunes locales: También llamadas de órgano, donde el problema se produce en un tejido en particular. Un ejemplo de esto sería la Diabetes Mellitus, en la que el órgano afectado es el páncreas.
- Enfermedades autoinmunes sistémicas: En las que los anticuerpos atacan a más de un órgano, produciéndose un cuadro que afecta a varios sistemas del cuerpo. La celiaquía se enmarca en este grupo de enfermedades, al igual que el Síndrome de Sjörgen.
¿Cuáles son las enfermedades autoinmunes más relacionadas con la celiaquía?
Se ha observado mayor incidencia de determinadas enfermedades autoinmunes en personas celíacas. Algunas de ellas son:
- Dermatitis herpetiforme: Llamada también “la celiaquía de la piel”, pues todas las personas que la padecen son necesariamente celíacos, aunque no todos los celíacos presentan este trastorno (se calcula en torno a un 5%). Consiste en la aparición de erupciones cutáneas en forma de vesículas muy pruriginosas, especialmente en los brazos, manos y codos, aunque también es frecuente en rodillas, glúteos y piernas.
La dieta sin gluten se ha visto efectiva de tal manera que si se deja de consumir gluten desaparecen las lesiones, y en cuanto se reintroduce (aunque sea de manera accidental) vuelven a aparecer.
- Tiroiditis de Hashimoto: También llamada tiroiditis autoinmune, consiste en una enfermedad en la que el sistema inmunitario ataca a la glándula tiroides, haciéndola incapaz de producir el nivel correcto de hormonas, de tal manera que se produce hipotiroidismo en la persona. Entre un 4%-8% de celíacos la padecen.
El tratamiento consiste en la administración de hormonas sintéticas (levotiroxina) para compensar la falta de hormonas producidas naturalmente.
- Diabetes Mellitus Tipo I: En este caso el órgano afectado es el páncreas, con lo que la persona no produce la cantidad de insulina necesaria para regular la glucosa en sangre. Se estima que en torno a un 4%-5% de personas con Diabetes Mellitus también padecen celiaquía y el tratamiento sería, además de la dieta sin gluten, una dieta sin azúcar, hipocalórica, y la administración de insulina por vía subcutánea.
- Síndrome de Sjörgen: Consiste en un trastorno autoinmune por el que las glándulas de los ojos y boca no son capaces de hidratar las mucosas, produciendo sequedad en los tejidos, que también puede extenderse a los pulmones y los genitales.
- Arteritis de Takayasu: En este caso la parte afectada son las arterias, que sufren inflamación crónica. Los vasos afectados pueden ser la aorta, sus ramificaciones y las arterias pulmonares, lo que eleva el riesgo de infarto.
- Nefropatía IgA: Un 5% de personas que padecen este trastorno también son celíacos. Se denomina también Síndrome de Berger y consiste en la acumulación de Anticuerpos IgA en los riñones, produciendo un fallo renal que puede cursar con sangrado en la orina e insuficiencia renal crónica.
- Espondilitis Anquilosante: Esta enfermedad cursa con la inflamación de las articulaciones y el tejido situado entre las vértebras, así como en la pelvis. El síntoma característico es el dolor de dichas partes del cuerpo, y la progresiva pérdida de movilidad. También se denomina “la artritis de la columna”, y el tratamiento consiste en fármacos para aliviar el dolor, aunque se están investigando nuevas formas para evitar la inflamación y retrasar la pérdida de movilidad.
- Lupus Eritematoso Sistémico: Es la enfermedad autoinmune sistémica por excelencia, ya que varios sistemas se ven afectados. En ella, el cuerpo ataca a diferentes tejidos como pueden ser los pulmones, riñones, la piel, el cerebro, las articulaciones…Entre los síntomas se encuentra el dolor muscular, fatiga, caída del pelo, aftas bucales, y otros síntomas dependiendo de los órganos afectados (vómitos, mareos, arritmias, cambio de la pigmentación de la piel…)
El tratamiento es heterogéneo, ya que depende de los síntomas a tratar. Fármacos como los antiinflamatorios, corticoesteroides o anticoagulantes pueden ser utilizados.
- Artritis Reumatoide: En esta ocasión el revestimiento de las articulaciones es el tejido inflamado. Se produce una destrucción progresiva de los tejidos que puede ocasionar la pérdida completa de movilidad y deformidad en las partes afectadas, junto a grandes dolores. El tratamiento consiste en una combinación de ejercicio, antiinflamatorios y FAMEs (Fármacos modificadores de la enfermedad).
Fuente: Nota y Foto publicadas por Celicity.com el 21 de junio 2017.-