Cantidad y calidad de los ¨sin gluten¨ deben controlarse en la dieta celíaca
La dieta de los pacientes celíacos es más desequilibrada, puesto que consumen más azúcares añadidos, grasa y alimentos ricos en proteínas, según un estudio en personas de entre 10 y 23 años (98 casos y 98 controles sanos) realizado por el Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CiberObn) y la Universidad Rovira y Virgili (Tarragona), y publicado en abril en Journal of Pediatric Gastroenterology. Además, “presentan una menor adecuación a las recomendaciones en cuanto a ácido fólico, calcio, hierro y magnesio. Estos micronutrientes son claves para el crecimiento. Otro de los resultados es que consumen más bebidas azucaradas, desplazando la ingesta de alimentos nutricionalmente más importantes, como la leche, el yogur o las frutas”, especifica a CF una de sus coordinadoras, Nancy Babio, de la Unidad de Nutrición Humana de la citada universidad.
Una de las causas podría ser que “los productos para celíacos son más ricos en grasas y azúcares para corregir la falta de palatabilidad que caracteriza a los alimentos sin gluten”, dice la investigadora, que hace una llamada de atención a las empresas fabricantes. No obstante, confía en que la situación cambie gracias a la norma del etiquetado alimentario ‑el Reglamento UE 1169/2011, que comenzó a aplicarse en España el pasado diciembre-.
“Los resultados coinciden con la experiencia clínica. Se suele vigilar la cantidad de azúcares y grasas que toman los niños con dieta celíaca. Si comen muchos productos envasados es fácil que el perfil de lípidos muestre niveles de colesterol más altos de lo deseado”, señala Alfonso Rodríguez Herrera, jefe de la Unidad de Gastroenterología del Instituto Hispalense de Pediatría (IHP). Así, prosigue el especialista, “las sugerencias a las familias de pacientes celíacos incluyen aumentar el número de platos cocinados en casa (planificando el menú) y disminuir el consumo de productos elaborados para evitar la ingesta excesiva de grasa y azúcares y el déficit de fibra”.
Los niños y jóvenes celíacos tienen que consumir más frutas, verduras y legumbres
Sobre cómo debería ser exactamente la dieta de un celíaco, José Manuel Moreno Villares, coordinador del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría (AEP), explica que “aunque varíe en función de la edad, las recomendaciones serían las mismas que para otros niños: adecuar la ingesta al grado de actividad física y realizar entre cuatro y cinco comidas al día. La distribución de nutrientes sería la siguiente: proteínas (10–12 por ciento), hidratos (55–60 por ciento), grasas (30 por ciento). Además, debe estar basada en cereales preferiblemente integrales, junto a frutas y verduras (5 piezas o raciones) y 2 vasos de leche al día”.
Babio indica que, “más que restringir el consumo de ciertos alimentos, hay que promover que se eleve el de frutas, verduras, legumbres y frutos secos”. La dieta en estos pacientes, a ojos de Rodríguez, debe ser “equilibrada, variada, atractiva y libre de gluten. Es muy importante detectar las barreras gastronómicas, es decir, las situaciones que, por miedo o falta de disponibilidad de alimentos, impiden que los celíacos puedan comer fuera de casa. Proporcionar estrategias para detectar estas barreras, y superarlas, es parte del seguimiento de los afectados”.
Buena detección en la infancia
En España, la prevalencia estimada de la celiaquía es de 1 de cada 118 niños y 1 de cada 389 adultos, según el estudio del CiberObn. Moreno y Rodríguez reconocen que se ha avanzado en la detección de casos de celiaquía en la infancia. “Es porque ahora se tiene en mente”, dice el gastroenterólogo del IHP, y resalta que “a pesar de que hay que seguir mejorando en niños, el esfuerzo debe centrarse en la detección precoz en adultos”. Hay situaciones, como la dificultad para que progresen los embarazos, en las que aún no se piensa en que los efectos de una celiaquía no tratada sean los responsables.
“Los pediatras cada vez están más sensibilizados”, añade el miembro de la AEP, comentando que “tanto la sospecha diagnóstica como la posibilidad de hacer despistaje de la enfermedad desde atención primaria (análisis de sangre para detectar anticuerpos de celiaquía) han hecho aumentar, entre otras razones, el número de diagnósticos”.
Se necesita variedad y creatividad en la comida casera, según los expertos.
Fuente: Correofarmaceutico — Nota publicada el 4 de junio de 2016.