Los jugos de fruta cuentan con una muy buena imagen, asociada a la buena salud y a la idea de que su consumo diario es parte fundamental de una dieta adecuada. Pero, ¿cuánto hay de cierto en esta frase?.
¿Qué es mejor?: ¿consumir fruta entera o en jugo natural?
Puede que más de una vez te lo hayas preguntado e incluso es posible que tengas una elección definida, pero siempre es adecuado conocer toda la información al respecto.
Tomar jugos quizás hoy esté de moda, y no deja de ser algo saludable. Muchos utilizan el el concepto “detox” como un estilo de vida. La proliferación de estos licuados se debe en parte al negocio que generan y a lo que establece la moda. No es sencillo vender una ensalada de tomate, zanahoria y pepino para estar a la moda.
No todo es tan genial y saludable como nos venden. No podemos tomar jugos todos los dias y esperar permanecer saludables: el jugo de frutas 100% natural encierra los mismos riesgos para la salud (relacionados con la obesidad) que el consumo de refrescos.
Queda claro que ante los jugos procesados, los naturales pueden parecer una alternativa más adecuada. No obstante, pueden contener tanta azúcar como un refresco, y el aporte de vitaminas y antioxidantes es casi despreciable comparado con lo que aporta la fruta entera.
Aunque los jugos probablemente son bajos en calorías comparados con otros alimentos, son una fuente muy concentrada de ellas. Por ejemplo, un vaso 250 ml de jugo de naranja puede contener tantas calorías como cuatro naranjas medianas.
¿Alguna vez te has fijado en cuántas porciones de fruta necesitas para hacer un simple vaso de jugo?
La verdad es que para preparar un vaso de jugo se necesitan varias porciones de una misma fruta, superando por tres y hasta por cuatro, las raciones recomendadas por día. Realmente, ¿una persona se sentaría y comería cuatro naranjas en una sola ingesta?. Lo que si es seguro es que puede tomarse ese jugo en menos de cinco minutos.
Debido a que en los jugos la fruta está más concentrada, también lo está el contenido de azúcar. Una taza de jugo de naranja contiene 40 gramos de azúcar, comparados con sólo 13 gramos en una taza de naranja entera.
Consumir tus alimentos en forma líquida puede dejarte con la sensación de estar menos satisfecho, lo que significa que comerás más calorías de lo que consumirías si simplemente masticaras la comida. Un jugo en pocas palabaras significa “mucha azúcar y poca fibra”.
El hígado es el único órgano que puede metabolizar la fructosa en cantidades significativas. Cuando comemos la fruta entera, la fibra retarda el paso del azúcar en al torrente sanguíneo, enviándola al hígado lentamente y en pequeñas cantidades, sin sobrecargarlo. En contraste, cuando se tomamos un gran vaso de jugo (preparado con varias porciones de fruta) en un lapso muy corto de tiempo, una gran cantidad de azúcar se absorbe y se envía al hígado muy rápidamente.
Cuando hacemos jugo a las frutas y vegetales, las “pulverizamos mecánicamente”, y al hacerlo separamos la fibra del jugo. Esta fibra nos ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre después de comer una fruta entera. Sin la fibra, el azúcar en el jugo no pasa por esa revisión, sin mencionar los efectos de la fibra para la salud. El valor de saciedad, la regulación gastrointestinal, la reducción del colesterol malo y las regulaciones de glucosa en la sangre se pierden en el jugo.
Así que, ¿cuál es la conclusión?
En lugar de un jugo, mi recomendación es que comas la fruta entera, de esa manera tendrás disponible toda la fibra, antioxidantes, vitaminas y minerales que se encuentran naturalmente en ellas y como tienen un efecto saciante, te aseguro que no comerás más de lo necesario.
Tomar jugos con moderación puede ayudarte a consumir nutrientes esenciales, pero no es una buena forma de desintoxicarte o hacer dieta.
Si queremos resultados distintos, necesitamos realizar acciones distintas a las acostumbradas, aún cuando eso implique romper con viejas costumbres, muy arraigadas en nuestro estilo de vida.
Republicado del blog Calorías Vacías, con autorización del autor.