En algunos comedores escolares del mundo hay una mesa que es idéntica a las otras pero que todo el mundo sabe que “es diferente”.
Algunos servicios de comedor escolar han optado por agrupar a todos los alumnos como tu hijo a una mesa aparte del resto de compañeros. Te dicen que así pueden garantizar una “atención específica” a los pequeños usuarios y una mayor seguridad.
Alergia a alimentos: la mesa roja
Estamos hablando de lo que en el ya naciente jargon de la alergia llamamos la “mesa roja” donde se sientan los niños con alergia, intolerancia, trastornos metabólicos, etc.
De alguna manera etiquetar los alumnos con alergia y ubicarlos en “la mesa especial” puede aumentar la seguridad y el control desde un punto de vista estrictamente sanitario, pero quizás educativamente dice muy poco … es un tema recurrente en las charlas. De momento, no hay solución definitiva.
Reflexiones sobre la mesa roja:
- Si la reactividad es grave es lógico contemplar en primer lugar la seguridad física y los aspectos educativos después.
- Disfrutar del comedor escolar es algo muy positivo. Hay alumnos que no lo disfrutan porque los explotadores no inspiran ninguna confianza a la familia o simplemente han “excluido” al alumno de forma explícita o de forma sutil.
- Cada caso es individual y así se debe contemplar siempre. Depende de la autonomía del niño, de la inquietud de los compañeros de clase y de mesa, del compromiso del entorno, de la formación del personal, de la “cultura alergológica” del centro, etc.
Por último puedes leer las palabras de Teresa Guillaumes, Directora de la Escuela del Mar de Barcelona:
La escuela debe ser inclusiva, es decir, debe ofrecer a todos los niños, sin distinción de la discapacidad, la raza o cualquier otra diferencia, la oportunidad para seguir siendo miembro de la clase y para aprender de sus compañeros, y junto a ellos, dentro del aula.
Por ello las administraciones deben estar tan implicadas como lo estamos nosotros los padres y los maestros. Un niño con alergias alimentarias debe poder disfrutar de la vida, las actividades de escuela, las colonias … y de la misma manera que hay que pensar en los recursos necesarios para un alumno con déficits cognitivos o de movilidad, hay pensar en las necesidades de los alumnos con alergias alimentarias; todos tienen necesidades educativas especiales. Alguien puede pensar que desde la Escuela del Mar hacemos este planteamiento porque desconocemos el tema pero tengo que decir que si el porcentaje de niños/as con enfermedades crónicas en las escuelas catalanas es de un 6%, en nuestra escuela es mucho más alto. Claro que tenemos miedo, claro que nos equivocamos, claro que tenemos que aprender más, está claro que tenemos dudas, pero todo esto no nos hará perder nunca lo que es importante: la Educación Integral de nuestros niños, velando por su socialización y su felicidad.
Fuente: InmunitasVera — Nota de enero 2015.-