Durante muchos años se ha considerado que el colon irritable o síndrome del intestino irritable (SII) y la enfermedad celíaca (EC) eran dos enfermedades completamente diferentes: la segunda relacionada con una intolerancia a la ingesta de gluten y la primera sin ninguna relación con este.
Sin embargo, durante la última década diversos estudios han comprobado que esta separación no es tan clara. Puede haber pacientes que habiendo sido diagnosticados de SII en realidad sufren una EC. Aún más, parece existir un grupo de pacientes que sin tener una EC padecen una sensibilidad al gluten no celíaca con manifestaciones digestivas semejantes al SII.
Por tanto, es necesario establecer qué sujetos se podrán beneficiar de una dieta sin gluten. En aquellos con EC demostrada la dieta es ineludible con el fin de mejorar los síntomas y prevenir complicaciones futuras. En los que tienen síntomas semejantes al SII es imprescindible determinar si esta dieta de exclusión está o no justificada, y si aporta algún beneficio.
De hecho, actualmente un considerable número de pacientes con SII siguen una dieta sin gluten, en muchos casos sin que exista un motivo claro ni se hayan realizado los estudios necesarios para tomar esta decisión.
El colon irritable o síndrome del intestino irritable es un cuadro crónico con tendencia a las recaídas. Se caracteriza por la existencia de dolor abdominal y/o cambios en el ritmo intestinal (diarrea o estreñimiento), pudiendo acompañarse de una sensación de distensión abdominal, sin que se demuestra ninguna causa orgánica que lo justifique.
Consejos para la dieta de las personas que padezcan SII, entre los que se pueden incluir algunas personas con EC.
- Comer despacio y masticar bien los alimentos.
- Hacer una dieta pobre en grasas y rica en proteínas.
- Evitar comidas copiosas. Es preferibles comer más frecuentes y menos abundante.
- Aumentar la ingesta de agua (1,5–2 litros), sobre todo si predomina el estreñimiento.
- Evitar los alimentos que desencadenan los episodios de dolor abdominal.
- Los más perjudiciales son especias, alcohol, sopas de sobre, cacao, derivados lácteos, quesos, yogurt, bollería, pasteles, helados, mantequilla, bebidas gaseosas…
- Aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra, aunque no se puedan comer alimentos con gluten hay que buscar la fibra en otro tipo de alimentos.
- Si predomina la diarrea, evitar los derivados lácteos, café, té y chocolate.
- Evitar los alimentos flatulentos y las bebidas con gas: col, coliflor, garbanzos, lentejas, coles de Bruselas, cebollas, puerros, guisantes, frutos secos…
- Realizar 30 minutos diarios de ejercicio físico suave, como caminar o nadar.
- Evitar en la medida de lo posible situaciones estresantes.
- Practicar técnicas de relajación para combatir el estrés.
Fuente: FACE Artículo publicado el 10 de agosto 2016.-