Las enfermedades autoinmunes se producen cuando el sistema inmune se convierte en el agresor.
Imagina que estás en un campo de batalla y que los soldados que están a tu cargo dejaron de atacar a las tropas enemigas y empezaron a arremeter contra ti, algunas veces sin piedad.
Así funcionan las enfermedades autoinmunes: el sistema inmune ataca las células saludables de nuestro organismo.
“En condiciones normales, el organismo atacaría con su sistema inmune a ciertos factores nocivos del medio ambiente, como bacterias y virus, pero lo que termina haciendo es provocándole un problema al propio organismo”, le explica a BBC Mundo el doctor Mario César Salinas, jefe del departamento de Inmunología del hospital de la Universidad Autónoma de Nuevo León, en México.
Y es que nuestro organismo se confunde.
“Encuentra similitudes entre los componentes propios y los componentes de los agentes externos”, señala el especialista.El sistema inmune, que es una red de tejidos, órganos y células, comete un error y en vez de protegernos de patógenos, infecciones y enfermedades, identifica las células saludables como enemigas y las ataca.
De ese error resulta una enfermedad autoinmune.
Algunas de ellas son: la enfermedad celíaca, la hepatitis autoinmune, la tiroiditis de Hashimoto, la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico y discoide, la psoriasis, el síndrome de Guillain-Barré.
“Algunas de las enfermedades afectan un solo órgano como por ejemplo la glándula tiroides y otras atacan varios sistemas al mismo tiempo como la artritis reumatoide o la enfermedad mixta del tejido conectivo”, indica Salinas.
“En este tipo de enfermedades influyen los antecedentes genéticos. Están presentes en varios miembros de una familia que han padecido de enfermedades autoinmunes”, señala el experto.
En el siguiente diagrama, los profesores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford Joerg Ermann y C. Garrison Fathman ilustran los elementos que intervienen en el desarrollo de una enfermedad autoinmune:
“La respuesta inmune de un individuo genéticamente predispuesto a un patógeno medioambiental, en asociación con defectos en los mecanismos inmunorreguladores, pueden conducir al desarrollo de una enfermedad autoinmune”, indicaron los profesores en su artículo: : “Enfermedades autoinmunes: genes, insectos y regulación fallida”.
“La importancia de los componentes por separado representados en este diagrama podrían variar entre individuos y enfermedades. Sin embargo, la aparición de una enfermedad autoinmune requiere la convergencia de los tres componentes”, agregaron.
¿Cómo detectarlas?
“Los síntomas de los diferentes tipos de enfermedades autoinmunes son múltiples. Se pueden desencadenar por una inflamación, la cual se debe al fuego amigo, o pueden producirse por una falla de órganos como consecuencia de ese ataque. Eso es lo que ocurre, por ejemplo, con la diabetes tipo 1”, le explica a BBC Mundo Richard Cornall, profesor del Departamento de Medicina Nuffield de la Universidad de Oxford.
De acuerdo con Salinas, hay señales generales que aparecen en una etapa temprana de la enfermedad.
“Algunos síntomas son el malestar general, las pérdidas de apetito y de peso y debilidad”, indica el experto mexicano.
Mario César Salinas, hospital de la Universidad Autónoma de Nuevo León, en México.
“Tres síntomas que nos ayudan a pensar en la posibilidad de una enfermedad autoinmune son:
- La aparición de ronchas rojizas en la piel al exponerse al sol. Te pueden aparecer en la cara, alrededor de la nariz como unas alas de mariposa o pueden salir en otras partes del cuerpo
- Fotofobia: experimentar una molestia exagerada ante el sol
- Caída del cabello
“Hay otros malestares más profundos como el dolor en las articulaciones. Por ejemplo, en las mañanas los pacientes pueden sentir los dedos de sus manos entumecidos o tener dolor en las muñecas, los codos, los hombros y las rodillas”, explica Salinas.
“Esos signos y síntomas hacen que consideremos que sea muy alta la posibilidad de que se trate de una enfermedad autoinmune”.
Pero para determinar que se trata de una dolencia de este tipo, los médicos hacen un examen físico detallado y analizan exámenes de laboratorio que detectarán si hay una inflamación crónica.
“La confirmación por lo general implica análisis de sangre, incluyendo mediciones de autoanticuerpos y resonancias magnéticas”, le explica a BBC Mundo Paul J. Utz, profesor de Inmunología y Reumatología del departamento de Medicina de la Universidad de Stanford.
Pese al avance en la detección de las enfermedades de este tipo, en algunos casos resulta difícil dar con ellas.
“Las enfermedades autoinmunes pueden ser difíciles de diagnosticar, especialmente las que afectan los órganos internos o la sangre como la hepatitis autoinmune o la diabetes tipo 1. Otras, como la artritis reumatoide o la esclerosis múltiple, son relativamente fáciles de diagnosticar porque es sencillo examinar las articulaciones u observar los problemas del sistema nervioso central”, señala Utz.
… Por ejemplo… La enfermedad de Lyme, una infección causada por la bacteria Borrelia burgdorferi que transmite una garrapata y afecta todos los órganos.
De acuerdo con Salinas, esa enfermedad puede llegar a producir algunas molestias como las de algunas enfermedades autoinmunes. La creciente amenaza de la destructiva y camaleónica enfermedad de Lyme — BBC Mundo
“No es una enfermedad autoinmune clásica”, explica Cornall.
“Sin embargo, hay personas que se preguntan si algunas de sus consecuencias podrían tener una causa similar a otras enfermedades autoinmunes, como la fiebre reumática, que son accionadas por patógenos donde hay una reactividad cruzada (reacción entre un antígeno y un anticuerpo)”, indica el profesor.
Tras mucho leer e investigar sobre su propia enfermedad, Ríos aclara: la enfermedad de Lyme no es autoinmune, pero como consecuencia de ella se puede generar un proceso autoinmune.