Cada cierto tiempo la idea vuelve con fuerza, mas que nada en los meses previos al verano, pero ahora llega con la denominación “detox” porque en inglés todo parece más moderno o más científico.
Desintoxicar, purificar, depurar, limpiar… cualquier palabra que evoque limpieza es susceptible de convertirse en el verbo de la temporada. Sin duda “detox” suena más chic.
La imagen que se nos viene a la cabeza cuando escuchamos de las dietas detox, es la de una celebridad paseándose con un jugo verde por las calles de Londres o Nueva York. Un líquido que creemos estará compuesto por varias verduras como el apio o las espinacas, así como semillas de chía o de lino. Todo ello mezclado con agua de coco o agua simplemente, según mande la receta.
Días, fines de semana, o semanas “detox”, en los que alimentándose a base de batidos de colores se promete desintoxicar el cuerpo con el objetivo de remover las sustancias tóxicas y ponerlo a punto, se habla de “resetear” el organismo. Los que se someten a una desintoxicación pueden escoger entre varias opciones. Algunos empiezan por 5 días, otros se animan con 21, y según afirma el gurú Joe Cross, él ha visto curas de hasta 100 días.
Para los que no tuvieron “suerte” o mejor dicho “si tuvieron” de no verlo, el documental Fat, sick and nearly dead (Gordo, enfermo y casi muerto; 2011) del que yo llamo guía espiritual Joe Cross, nos muestra como se sometió a una limpieza de jugos de 60 días y emergió con una mejor figura y convertido en el “carismático evangelizador de los jugos”. La herramienta fundamental del documental es la licuadora, cuyas ventas mundiales se han disparado, ¿habra algun interés detrás?
Los que defienden este tipo de “tratamientos” explican que los riñones, la piel y el hígado son algunos de los principales órganos involucrados en la desintoxicación de nuestro organismo, que son nuestros “filtros” y que hay que limpiarlos de vez en cuando para no sobrecargar la maquinaria.
El metabolismo humano es el rey del reciclaje, el inventó hace milenios un buen sistema detox: hígado, riñones, sudor, heces, orina… todos los días nuestro cuerpo se va depurando sin necesidad de hacer dietas desintoxicantes, cuya eficacia sería más que dudosa.
En términos médicos y fisiológicos la palabra detox es un sinsentido, nuestro organismo es un gran filtro que sintetiza y excreta las sustancias nocivas que entran en él. Si estás sano, tu cuerpo eliminará lo que no necesite, y si realmente estamos intoxicados, tenemos un problema serio que no se cura bebiendo jugos.
Las conocidas popularmente como estrategias desintoxicantes carecen, en el plano dietético, de respaldo científico y además pueden ser perjudiciales para la salud. En la sociedad son muy admitidas porque se asume que tras un exceso hay que compensar con un “castigo” o “penitencia”.
Según el Doctor Francisco Botella Romero, las dietas detox que prometen remediar nuestros excesos son la mejor manera de autoengañarnos, “No existen las dietas detox”, dice , “existe la alimentación saludable, que es aquella que se asocia con una menor incidencia de problemas cardiovasculares, diabetes mellitus, obesidad, etcétera e incluye una amplia variedad de alimentos”.
Un articulo toma entre otras la opinión de una de las personas más reconocidas en su ámbito,“Que quede claro”, dijo Edzard Ernst, profesor emérito de medicina complementaria en la Universidad de Exeter al diario inglés The Guardian, “hay dos tipos de desintoxicaciones, una respetable y referente al tratamiento médico de las adicciones y otra, secuestrada por empresarios que intentan vender tratamientos para supuestamente eliminar toxinas”.
Si el nivel de toxinas se elevara por encima de un valor que nuestro cuerpo no pudiera eliminarlas, lo más probable es que se falleciera en un periodo de tiempo más o menos corto, y que se necesitara de una intervención médica urgente. En un cuerpo sano, los riñones, el hígado, la piel, incluso los pulmones mantienen el cuerpo desintoxicado mientras hablamos. No existe el modo de mejorar algo que ya funciona correctamente en un organismo sano, y desde luego los tratamientos “detox” tampoco lo consiguen.
El mismo artículo en The Guardian rescata el parecer al respecto de las dietas detox de manos de otra especialista una dietista-nutricionista del St. George’s Hospital, Catherine Collins, quien afirma que “la mejor forma de llevar una vida “desintoxicante” es no fumar, hacer ejercicio y disfrutar de una dieta saludable”
Si se renuncia a las bebidas azucaradas y al alcohol, y a su vez pasamos a comer durante dos semanas vegetales y frutas en lugar de alimentos chatarra, lo más probable es que uno se sienta mejor. Eso pasa así porque ese estilo dietético es simplemente mejor, no porque se esté “desintoxicando” nada.
En la web de la Universidad de Harvard, aparece un texto titulado “La dudosa práctica del detox” y dice lo siguiente:
“El cuerpo humano puede defenderse muy bien de la mayoría de las agresiones ambientales y también de los efectos de la indulgencia ocasional, es decir, de no seguir una dieta sana. Si usted está sano, concéntrese en dar a su cuerpo lo que necesita para mantener robusto su sistema de auto-limpieza: una dieta saludable, una ingesta adecuada de líquidos, el ejercicio regular, dormir lo suficiente, y los controles médicos recomendados. Si usted experimenta fatiga, palidez, un aumento o una pérdida de peso inexplicables, cambios en la función intestinal, o problemas respiratorios que persisten durante días o semanas, visite a su médico en lugar de dar crédito al ‘detox’”
Por un lado nos hemos alimentado mal durante un tiempo y puntualmente se induce a seguir un patrón mas o menos restrictivo para abandonarlo en un tiempo mas o menos corto, metiéndonos de este modo en una espiral nada saludable. Estos programas detox, además de no tener ningún respaldo científico, pueden hacernos perder salud, ya que los ayunos, aumentan el riesgo de padecer piedras en la vesícula biliar, pueden deshidratarnos, debilitar el sistema digestivo, generar dolores de cabeza, bajar la presion arterial y un largo etcétera.
Nadie duda que tomarse un batido de frutas o de verduras es una buena opción, al igual que comer una ensalada. Todos ellos son alimentos saludables pero no desintoxican, ni purifican, ni depuran nuestro cuerpo, en todo caso, incluir frutas y vegetales crudos es mejor que abusar de alimentos o hábitos poco saludables como lleva nuestra sociedad en día.
Si partimos de un patrón de alimentación mas o menos saludable, no tenemos porqué culpabilizarnos cuando comemos algo no adecuado o comemos demás y mucho menos necesitamos hacer dietas que nos limpien por dentro, ya que es nuestro propio cuerpo quien se encarga de hacerlo.
A fin de cuentas se de tomar consciencia de que se ha hecho mal durante un determinado tiempo para puntualmente seguir un patrón más o menos restrictivo, con el fin de abandonarlo en un periodo de tiempo también más o menos corto… y de esta forma volver a la casilla de salida en una especie de ludo dietetico infinito. De hecho en el concepto de dieta depurativa subyace el mismo posible error que con el tema de “compensar”.
La idea de la compensación funciona muy bien en nuestra cultura: para remediar el mal ya hecho me someto puntualmente a un patrón restrictivo o purgativo. Me limpio unos días para poder volver a la casilla de salida, es decir, a mis viejos hábitos.
En el artículo “Alternative Detox“, publicado en 2012 en la prestigiosa publicación British Medical Bulletin, se razona que las terapias desintoxicantes como herramienta y fin dentro de las terapias alternativas, incluidas las dietéticas, constituyen un reclamo publicitario habitual, pero que carecen hasta el momento de la evidencia necesaria en cuanto a su utilidad. “Hoy día, el término detox es más un discurso promocional que científico”, remata el British Medical Bulletin.
En 2009, un grupo de científicos adscritos a la red Voice of Young Science publicaron los resultados de una investigación que revisó varios de los kit detox más populares del mercado. Su teoría fue que ninguno era capaz de demostrar su potencia purificadora, ni de hacer lo que prometía. “Nuestra conclusión es que el término detox es un mito”. Algo similar afirmó Choice, la organización de consumidores de Australia, después de revisar varios programas de desintoxicación: “Una semana o dos no le salvarán de los daños de un año de comer mal, fumar o beber en exceso”. Los productos en cuestión oscilaron entre los suplementos dietéticos, batidos y champú, y sus fabricantes no pudieron definir a qué se referían con desintoxicación o qué toxinas eran eliminadas con el uso.
El bioquímico J. M. Mulet, profesor de la Universidad de Valencia y autor del libro Comer sin miedo, afirmó en ese sentido a El País de Madrid que “ésta es la época de mayor seguridad alimentaria de la historia”, en tanto Aitor Sánchez García, dietista, nutricionista y autor del blog Mi dieta cojea, agregó que “estamos en la sociedad de lo inmediato, queremos cosas que arreglen en 20 días los excesos de un año”.
Para que vean como es el mismo perro con diferente collar:
1970: El milagro del pomelo – La dieta del Gobierno. Se pone de moda la dieta del pomelo entre el movimiento hippy. En realidad había un excedente de esa fruta y el Departamento de Agricultura de EE UU estaba detrás de la promoción de la dieta.
1976: El cóctel de savia – Líquidos sí, sólidos no. El nutricionista Stanley Burroughs crea Master Cleanse o la dieta de la limonada o del sirope de savia, consistente en tomar sólo líquidos y ningún alimento sólido durante dos semanas.
1998: El método Moritz – Limpieza de hígado . Se publica Limpieza hepática y de la vesícula (Andreas Moritz), que propone limpiar el hígado con zumo de manzana y limón. Unas lavativas ayudan a expulsar piedras.
2005: ‘The Lancet’ duda: Las piedras de Moritz. La revista The Lancet estudia las piedras del método Moritz: están compuestas de ácido oleico y limón, es decir, la mezcla de lo que se toma con la lavativa. El libro sigue vendiendo.
2009: A base de limonada – Un fenómeno viral. Anne Hathaway hace una cura detox de 48 horas con limonada antes de los Globos de Oro y la noticia con receta incluida publicada por People se hace viral.
2013: ¿Bueno para quién? – El negocio de las dietas. El almacén británico John Lewis reconoce un crecimiento del 60% en sus ventas de licuadoras y las tiendas Lakeland también suben sus ventas
2013: Gwyneth Paltrow – Alucinaciones. Tras una limpieza a base de zumos sufrió alucinaciones: “Una desintoxicación con zumos puede dañar el metabolismo y provocar un futuro aumento de peso”.
2013 Dietox – Jugos mágicos a precios mágicos. Llega a España Dietox, una terapia con seis jugos de frutas y verduras que promete “resetear tu cuerpo” y “convertirte en la mejor versión de ti”. El batido para un día cuesta 50 euros; para tres, 120.
La evidencia clínica
Las características comunes de todos estos enfoques es que son no probadas. Incluso los expertos que simpatizan con la medicina alternativa y alimentación desintoxicante admiten: “mientras que hay cientos de ensayos controlados aleatorios sobre drogas y desintoxicación de alcohol, no hay tales ensayos de programas de desintoxicación que se centran en las toxinas ambientales … en la actualidad,” desintoxicación “es sin duda más de un argumento de venta que una ciencia. Los estudios que se han publicado son de tan mala calidad metodológica que no se pueden sacar conclusiones de ellos.
Si bien hay una ausencia total de pruebas sólidas para el beneficio, algunos de estos tratamientos han sido asociados con riesgos que dependen de la naturaleza del tratamiento y puede ser particularmente serio con las dietas (desnutrición), suplementos (hepatotoxicidad), quelación ( la pérdida de electrólitos) y la irrigación del colon (perforación del colon).
Actualmente, no hay pruebas suficientes para responder a cualquiera de estas preguntas. Nuestra recomendación es aprender a organizar una dieta sana y equilibrada. Si necesitas ayuda busca a un profesional, haz ejercicio con regularidad y olvídate de modas y dietas detox.
Fuente: Caloriasvacias — Nota del Lic. en Nutrición Rodrigo Reyes — Uruguay 22 de octubre de 2016.-