Muchas veces pasamos por alto los utensilios de cocina que empleamos, los materiales de los que están hechos y son muy importantes porque los alimentos entran en contacto con su superficie, más si esos materiales y por tanto los alimentos son sometidos a altas temperaturas como en los fritos o los asados donde parte de esos materiales pueden pasar a alimento y terminar en nuestro organismo.
Los MENOS seguros
- Aluminio: sobre todo se utiliza en latas de conservas, de refrescos… si vas al supermercado y esa lata tiene algún tipo de abolladura, te recomiendo que no la compres y lo avises a alguien del supermercado para que la retiren. En esos golpes parte de ese aluminio pasa al alimento, nada recomendable. Tampoco cocinaría con papel de aluminio por muy de moda que se haya puesto, es cierto que hay papeles a los que les han añadido una películas, generalmente de cera o silicona, para que el aluminio no pase al alimento, pero tampoco es muy saludable calentar a altas temperaturas esos materiales, lo evitaría.
- Esmaltes de las sartenes y cacerolas: muchos de estos pueden contener plomo y barnices, si la sartén se comienza a desgastar reemplázala cuanto antes ya que parte de estos materiales pasan a los alimentos, igual que cuando rascamos para sacar un alimento pegado a la sartén, ese esmaltado pasa a nuestro organismo. Las que tienen el certificado de la UE no tienen plomo.
- Cazuelas de barro: al igual que las sartenes, muchas tienen un esmaltado a base de plomo, con el paso de los años se desgasta este esmalte y pasa a lo que estemos cocinando. De nuevo el certificado de la UE te puede dar confianza.
- Cobre: nunca debe cocinar en utensilios de cobre, sirven de decoración, pero no para cocinar, de hecho está prohibida su venta con fines culinarios, ya que es un metal que pasa muy fácilmente a nuestro organismo y puede tener consecuencias graves como alteraciones del sistema nervioso y grastrointestinales.
Los MÁS seguros
- Acero inoxidable: es uno de los metales más estables al calor, sería muy buena opción que nuestra vajilla fuera de este material, aunque es cierto que suponer un mayor gasto energético ya que le cuesta más difundir el calor.
- Hierro fundido o colado: se han puesto de moda en los últimos meses, son aquellas que pesan muchísimo y también el precio es algo caro, pero duran muchos años. No llevan esmaltes, no tendremos los problemas que hemos comentado antes, aunque algunas sí, pregunta en la tienda.
- Vidrio: muy utilizado en los horneados. Como he comentado en alguna ocasión, el vidrio es uno de los materiales más limpios, que menos residuos deja, es muy estable, y salvo roturas, no traspasa sus elementos a las comidas.
- Silicona: también resiste muy bien tanto las bajas como las altas temperaturas, aunque no hay que calentar al horno por encima de las 260º. Hay siliconas de mejor y menor calidad, en los bazares siempre encontramos una amplia gama que no siempre son las mejores, recuerda que tenga el certificado de la Unión Europea [UE]. Cierto que su fabricación no es muy ecológica.
La madera. La pongo aparte, ya que está entre uno y otro, como ya comenté en un artículo anterior no es muy recomendable utilizar tablas de madera, ya que son muy porosas, se cuela el agua y pueden crecer microorganismos nada saludables. En cuanto a las cucharas para mover los platos, los guisos… serían algo más seguras, ya que no se suelen producir hendiduras en las mismas, es más complicado que se genere esa humedad que ayuda a esas bacterias dañinas a crecer.
Con este artículo, por supuesto no quiero asustaros, solamente que lo tengáis en cuenta, yo también uso a veces sartenes cuyo esmaltado se ha desgasto un poco, o si voy a un restaurante y me lo sirven en cazuela de barro no me alarmo, pero sí saber distinguir entre unos y otros. Generalmente los más seguros, aunque sean algo más caros, merecen la pena porque duran mucho más tiempo, sobre todo porque no se levanta el esmaltado, porque la mayoría no tienen.
Fuente: Alvarovargas.net — Nota del 10 octubre 2017.-