El Psciólogo Alejandro de Barbieri escribió un artículo sobre la nostalgia que nos hizo pensar en el antes y después en un celíaco y la nueva manera de alimentarse.
Si pensamos en lo que era “antes” cuando comía de todo y donde estuviera.…. o “ahora”… que acepto que en casi todo momento tengo que tener la vianda o en lo que vendrá, un “futuro” incierto pero con posibilidades de nuevos espacios y alimentos libres de gluten que ayuden a la normalización de las actividades sociales.
El artículo La Nostalgia puede ayudarnos a pensar que no “todo tiempo pasado fue mejor” sino que podemos hacer algo con nuestro presente para proyectar un mejor futuro.
Si queremos que la vida de la persona celíaca cambie y tenga más opciones de alimentación, de lugares para salir a comer, del precio de los productos y mil etcéteras que seguramente estemos pensando, sigamos trabajando en conjunto por el bien común.
La Nostalgia
La nostalgia, del griego “regreso” y “dolor”, se puede describir como un deseo por volver a un acontecimiento pasado ya vivido.
La nostalgia anula el futuro, pensando que lo mejor está siempre en el pasado, le sigue doliendo el pasado, y añorando ese dolor.
La melancolía , “le da sentido al mañana porque lo ponen en perspectiva con el ayer “ (Facundo Ponce de Leon) esa perspectiva es fundamental para no caer en el instantismo, en un presente continuo que nos hace creer que lo único que existe es el presente efímero.
El presente y el disfrutar el momento , cobra sentido cuando se integra a un proyecto vital que incorpora el “ de donde venimos” porque sabemos a donde vamos.
Palabras del inicio de un capitulo del libro EDUCAR SIN CULPA:
Represión del futuro
La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser.
José Ortega y Gasset
Si Freud nos enseñó que podíamos enfermar si reprimíamos nuestro pasado, Frank nos enseña que enfermamos si reprimimos nuestro futuro. ¿Cómo se puede reprimir lo que todavía no vino, lo que todavía no vivimos? Cuando vamos creciendo, vamos “colisionando” con el futuro, como dice Ortega. Siempre nos estamos enfrentando a lo posible, por eso somos “posibilidad”. El futuro es el tiempo que somos; “Lo que anhelamos ser”, dice el filósofo.
De eso se trata, de crecer gracias a nuestros “anhelos”, sueños y ambiciones. Si reprimimos en nosotros mismos y en nuestros hijos estos anhelos, sueños y deseos, los dejaremos estancados en un presente congelado.
Cuando se reprime el futuro se vive en la nostalgia, nos quedamos prendidos al pasado.
El futuro es el valor que nos llama, es el motivo del presente. Sin futuro, el presente nos ahoga y asfixia y buscamos refugio en el pasado.
Cuando hay futuro, el presente se despliega y el pasado deja de ser una morada segura para ser un trampolín que nos proyecta. La vida es un proyecto, nos lanza hacia adelante. La esperanza se despierta y el entusiasmo se aviva y nos anima cuando vencemos el miedo al futuro.